¿Cómo surgió Madera y Musgo?
Somos Irene y Raúl, una pareja que habita en un pequeñísimo pueblo de Álava (España) rodeado de pequeñas montañas y bosques mágicos.
Todo empezó con un tornado que, en julio de 2018, arrasó parte del bosque de hayas de Sierra Entzia, un lugar mágico al que íbamos con nuestras perras todos los días que podíamos para descubrir nuevas rutas y paisajes de ensueño.
Cuando vimos por primera vez aquella devastación se nos cayó el alma a los pies. Bosques de enormes hayas que días antes habíamos recorrido maravillados estaban destrozados, miles de hayas arrancadas de raíz y muchas otras partidas por la mitad.
Después vinieron los trabajos de limpieza, enormes máquinas que talaron, trocearon y apilaron toda esa madera en los bordes de la carretera, dejando aún más destrozo a su paso creando inmensos barrizales que terminaron por dañar el suelo alrededor.
Cuando terminaron el trabajo, volvimos a recorrer aquellos bosques para evaluar los daños, pasando entre las enormes raíces de las hayas que habían dejado levantadas o los tocones que seguían enterrados después de la tala.
Ahí empecé a darme cuenta de que habían dejado un montón de ramas, nudos, trozos de madera que se estaban empezando a pudrir en el barro, aplastados por las máquinas.
Una de esas ramas semienterradas me pareció que tenía una bonita forma, unas ondulaciones sugerentes, un diamante en bruto. La desenterré y me la llevé a casa donde la limpié, lijé, añadí un poco de epoxi en las grietas y le di un acabado en aceite.
Ese fue el momento en el que me enganché, me di cuenta de toda esa madera desechada que se estaba perdiendo entre barro y bichos podía convertirse en algo precioso, que podía tener una segunda vida, otra oportunidad de ser útil y recordarnos que la naturaleza forma parte de nuestra vida y debemos protegerla.
Empecé a recoger los trozos de madera que me llamaban la atención, que tenían una forma o una textura que me inspiraban para convertirlos en algo nuevo pero sin perder su esencia.
Y de ahí vino el nombre de «Madera y Musgo». Toda aquella madera se estaba llenando de musgo, un micro mundo que te maravilla cuando te acercas los suficiente para observarlo.
¿Quienes formamos Madera y Musgo?
Irene, la loca que acumula madera
Soy diseñadora de páginas web aunque de pequeña quería ser veterinaria pero las matemáticas, la física y la química se pusieron en contra.
Siempre me han gustado las manualidades pero la informática se interpuso y me absorvió. Con el tiempo me he llegado a la conclusión de que ya no me llena, de que prefiero hacer algo más orgánico, más en contacto con la naturaleza, que me inspire y me llene de emoción. La madera tiene esa cualidad, la buscas entre los bosques, te sugiere una forma, un uso, un final. Al trabajarla notas su textura, desprende un rico olor, y al final se materializa en lo que habías imaginado, a la vez que le das una segunda vida.
Soy autodidacta, Google, Youtube y los maestros de Instagram me enseñan nuevas técnicas e ideas que pongo en práctica en el jardín de mi casa. Nunca pensé que me gustaría más ir de compras al Leroy Merlin que a comprar ropa (aunque nunca he sido una loca de las compras) y que mis regalos de cumpleaños fuesen herramientas para trabajar la madera.
Me encanta viajar a zonas de…¿lo adivináis?…¡montaña!. Desde que descubrimos los Alpes con nuestra autocaravana nos hemos vuelto adictos a las destinos naturales, paisajes, montañas, ríos…para nosotros es el paraíso.
Soy vegana desde octubre de 2017 y por ello intento utilizar productos que no sean de origen animal en los trabajos que hago aunque es difícil ya que en este sector tan tradicional todavía no ha llegado del todo pero poco a poco se está creando más conciencia y las empresas se están poniendo en marcha.
Raúl, alias «la mula»
El mote viene no porque sea un tozudo, aunque sea de Durango, si no porque es el encargado de portear cada trozo de madera, tronco y rama que encuentro en el suelo en nuestros paseos por el bosque. El que me ayuda a apilar las grandes piezas que yo no puedo ni mover y que corta con la motosierra los grandes troncos que a mi me da miedo cortar.
No se metió en esto por pasión propia si no porque como dice el refrán: «mujer feliz, vida feliz», así que me sigue en esta locura por salud mental.
Profesor de primaria y director de un colegio, le gusta disfrutar de la naturaleza con su mountain bike y su tabla de surf, aunque desde que vive en Álava, esto último lo tiene más complicado.
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Prometo no ser pesada ;D